Con Juan aprendí que un locutor es mucho más que una simple voz. Que las respuestas a todas nuestras preguntas están en el texto, que lo importante no son nuestras voces sino el _copy_. Me enseñó a huir de las florituras y de lo artificial y así conseguí que mis locuciones fuesen orgánicas y naturales. El trabajo de cohesión con el texto es la herramienta más valiosa que me han dado en mis más de 14 años trabajando como actriz de voz, ¡va conmigo siempre que me pongo frente al atril! En definitiva, Juan Orellana es un gran profesional que nunca me cansaré de recomendar, una fuente de motivación e inspiración.